Se supone que a esta hora debería yo estar haciendo mis maletas, colocando todo perfecto y ordenado en mi equipaje con su muy coqueto tag que ahora lo adorna. Estoy tecleando, escuchando música y pensando en ti.
Cómo quisiera traerte escondido entre las piezas de ropa más pequeñas y delicadas de mi equipaje, o mejor aún de copiloto en este viaje de nueve horas por carretera. ¿Quién dice que no vas conmigo? Morfeo es tu cómplice y aliado, me secuestra en sueños y me lleva a tu lado, a tus besos, a tu abrazo. Solo tendré que cerrar los ojos para perderme entre tus suspiros...
ahora debo salir corriendo a armar una valija.
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