martes, 13 de noviembre de 2012

De sapos azules y otras adicciones


Érase una vez una princesa que besaba sapos...
Los Hermanos Grimm dicen que al sapo hay que lanzarlo contra la pared para que se vuelva principe, entonces... ¿por qué nos empeñamos en besarlo? Parece que todo es responsabilidad del refrán norteamericano "Tienes que besar muchos sapos antes de encontrar a un bello príncipe". ¡Me lo creí! Al final buscando amor, cariño o compañía he terminado besando muchos, muchísimos, demasiados sapos.

Bufo Bufo
Lo conoces, y al instante, tu sabes que él es un sapo común y corriente. Tal vez tenga una bonita sonrisa o su croar te resulte encantador y decidas darle la oportunidad de besarlo para convertirlo en tu príncipe. Como al besarlo no se va a convertir en ese príncipe azul que tu deseas -según los hermanos Grimm tenías que lanzarlo contra la pared- va a comenzar tu proyecto de convertirlo en un miembro de la realeza digno de tu amor.  Lo enseñarás a comer con cubiertos, a vestirse de azul, a comportarse bien en situaciones sociales, le mostrarás un mundo de arte y de poesía... el sapo, por andar acompañado de tan linda princesa, accederá... pero luego querrá llevarte a un festival vallenato, a una reunión de algún multinivel (herbalife, amway, et al) o escupirá el caviar en una fiesta.  Además, el sapo cobrará con desplantes, descalificaciones o algún croar indebido el que tú quieras cambiarlo. Al final, querida, uno debe amar al otro tal y como es, así se trate de un anfibio común y silvestre... Debo confesarles que escupir caviar fué el máximo error para el único Bufo Bufo con el que he estado involucrada y me hizo salir corriendo despavorida.

Lithobates Cyanos
Este es el género más peligroso de los sapos, se trata del terrible Sapo Azul, puede ser guapo -aunque no es imprescindible- pero decididamente es encantador, absolutamente irresistible porque parece un príncipe.  Aquí radica el engaño, se comportará como príncipe hasta que obtenga su premio anhelado: tu beso. Entonces, se romperá el hechizo y se mostrará como el sapo que siempre ha sido.  Lo peor, este embrujo no se hace añicos instantáneamente, se va desvaneciendo poco a poco mientras tú te desvives por él.  He salido con demasiados sapos de este terrorífico género. ¿Cómo no hacerlo si parecen príncipes? 

El inicio de las relaciones con los Sapos Azules es de cuento de hadas. Tienen tantas cosas en común tu sapo y tú.  Podrán ir al teatro y te deslumbrará con sus conocimientos teatrales, o tal vez sea un Sapo Geek, que te mantendrá al día en el mundo de la tecnología y te hará alucinar con su rapidez mental y suspirarás "Oh! Que inteligente es mi príncipe".  También vienen en la variedad Sapo Aristotélico totalmente filosófico e interesado por causas sociales, deseoso de cambiar al mundo, este sapito puede ser político, periodista o abogado, y te sentirás importante a su lado porque tu al ser su princesa también estás dejando huella.  

Finalmente el sapo más asqueroso de todos, que viene en presentación azul, totalmente galante, chic, te trata como la princesa que eres, con regalos, atenciones y tu te sientes flotando a su lado pero tiene un pequeñito defecto, Estado Civil: CASADO. Claro que su esposa no lo entiende, él se queda con ella por los hijos. Es tan buen padre tu sapo. Te mostrará la foto de una mujer desperrujida y arruinada por los años tan sufrida que te hará sentir lástima por ella. No te darás cuenta que todo ese daño es causado por la convivencia con el sapo. Por supuesto que están separados, o en proceso, y tu, su princesa, serás la reina consorte más temprano que tarde.  Esto es una mentira del tamaño de un templo, pero el sapo azul tiene estrategias para que tú te lo creas por un tiempo, así tu mamá se horrorice, tus abuelitas hagan penitencia por tí en la misa del domingo y tus amigas te miren con cara de lástima

Independientemente del tipo de sapo azul, este siempre sabrá tus gustos y como halagarte, se ha tomado el tiempo de conocerte y te conocerá tanto que cuando haga daño será letal. Es un sapo que lucirá tu cualidades en público y después de elevarte y ensalzarte delante de todos, te criticará con absoluta crueldad -claro que eso será en privado- pero lo hará por tu bien, para que mejores. El sapo te hará llorar de muchas y diferentes maneras, descubrirás lágrimas que ni sabías que tenías y él será capaz de hacer florecer las heridas que ya creías sanadas.  Podrá decirte que lo hace por que te quiere, para ver que eres fuerte o demostrarte que aún no has mejorado eso. Siempre tendrá una excusa para tus lágrimas y logrará que lo perdones.  Jamás te dirá que te ama, nunca, pero tu crees que te lo ha dicho.  El típico sapo azul te va a atosigar a regalos, llamadas, mensajes y después desaparecerá tres días o una semana, como por arte de magia. Si no pides explicaciones te reclamará y si lo haces, también. Es parte de su juego, destrozarte los nervios. 

Me cansé de besar sapos
Las relaciones con los sapos son extenuantes, consumirán toda tu energía porque te has convencido de que este sapo es un príncipe -sí, lo besaste y juraste que ya está con caballo blanco, armadura y demás- y por supuesto, un príncipe merece todos los esfuerzos. 

Además terminan por ser adictivas, porque en cada reconciliación hay un shot de adrenalina tan grande, como diría Cerati "es una dosis alta en las venas" y aunque sepas que el sapo te hace daño puede resultar muy difícil dejarlo. Puede ser que dejes fácilmente al sapo, a mi no me costó dejarlos una vez roto el hechizo, pero lo más duro de dejar es el estilo de des-amor de los sapos azules, terminas por acostumbrarte a ellos y buscar dosis mayores.

Confieso que he besado sapos de todos los tipos, tamaños y colores... aunque en mi extremismo he preferido a los sapos azules.  Hasta que un día desperté y me cansé de besar sapos.  Ya no busco príncipes azules, ni relaciones perfectas, solo un chico humano con quien reir, caminar y avanzar...

Espero que tu, querida lectora, también dejes debesar sapos

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