No había sido fan de Woody Allen, a ciencia cierta le estaba huyendo y habría seguido escapando de su obra de no ser porque Pepe se empeñó en que viera "Annie Hall", la película "más mujer que habrás visto en tu vida" me dijo; en efecto, me encantó esa película. Así que cuando una tarde noté que en HBO estaban dando "Vicky Cristina Barcelona" me senté a verla desde el principio.
Hay muchas cosas que me gustaron de esa película, entre ellas, la manera como Barcelona es otra protagonista en la historia, hay unas tomas en La Sagrada Familia de Gaudí que hacen las delicias de todo el que disfrute del arte y de la arquitectura. Me deleité muchísimo con el soundtrack, enteramente en español, que acompañaba magistralmente las escenas, a veces como un complemento perfecto del diálogo, pero ya les hablaré de música en La Mélange, que aquí les quiero contar de cine.
Me impactó la escena donde Juan Antonio, estando en Oviedo, pregunta a Cristina y Vicky, si ambas van a pasar la noche con él; y una muy ácida Vicky le riposta: "Yo creo que aún estás herido por el fracaso de tu matrimonio con María Elena y que estás tratando de reconfortarte con sexo vacío" pero Juan Antonio, sagaz, le contesta: "¿Sexo Vacío? ¿Tienes una opinión tan baja de tí?"
Los momentos de Vicky en Oviedo y como cae rendida ante Juan Antonio para convertirse en una mujer llena de dudas, son sinceramente insuperables, me encanta como a pesar de las dudas Vicky sigue con lo planificado y va llevando la situación con una mezcla de añoranza y hastío que es, sencillamente espectacular.
El asunto de Cristina es claro, más complicado, ese lei motiv de ella "No sé lo que quiero, pero sé lo que no quiero" se parece tanto a lo que yo suelo decir con respecto a las relaciones. Mientras veía la película me sentía tan identificada con ella, dispuesta a probar cosas nuevas, a dejarse llevar por el arte, por Juan Antonio y esa sensación de no saber qué le gusta, solo saber lo que le disgusta que acompaña toda la película. Las escenas de Cristina y Maria Elena llevan lo sexy a otro nivel, pero también me encantó ver cómo dos actrices espectaculares, Scarlett Johannson y Penelope Cruz, le dan vida a una relación de amor, de creatividad, de arte y de desarrollo donde una mujer con más experiencia va enseñando a una más joven, mejor dicho la va guiando a descubrir lo que ya está dentro de sí.
Al final Vicky, Cristina y María Elena representan facetas que veo en mí, y en muchas mujeres, conviviendo a la vez, una racional, planificada, capaz de quedarse donde le conviene a pesar del hastío pero con ansias de vivir y sentir más como la Vicky de la película. Otra en constante descubrimiento, inconforme, hermosa en su sencillez y compleja en su mundo interno, de mente abierta y dispuesta a arriesgarse para descubrir cómo es eso de vivir y en esas anda Cristina. Mientras María Elena representa una pasión desenfrenada, una creatividad fuera de control, un amor que es ira, y es dolor y también es hermoso dentro de toda su brutalidad, es como esa fuerza ancestral que solemos sentir cuando estamos enfocados en algo o alguien que nos apasiona hasta perder la razón, como la ha perdido este personaje.
Juan Antonio, bueno, me arrancó suspiros... con unos diálogos preciosos, con esa atracción del hombre peligroso, como el Hades que antes de elevarnos nos lleva a las profundidades, con ese duende gitano y ese arte que en cierta manera es como un diestro lidiando con estos tres toros. Sin embargo, este personaje que desencadena todo en esas tres mujeres, me parece que es arropado por la fuerza de lo femenino, tal vez Allen lo quiso así.
Excelente, no solo se nota que te gustó el filme, sino que logró transmitirte profundamente lo que woody queria transmitir.
ResponderEliminarOh por Dios! Almasy, y yo que solo intentaba contar una película que me gustó mucho... ¿Capté a Woody? Es un honor este comentario, viniendo de tí que eres un cinéfilo a carta cabal.
ResponderEliminarAy ay amiga mía…, y seguimos con las sincronicidades..."blóguicas"(¿?) -Woody Allen…, Vicki Cristina Barcelona… Dos veces la ví! La primera solo, y la segunda con una amiga medio novia… Pobre, tan estructurada…, al salir del cine se la notaba algo movilizada. Le habré recordado al papel que hace Juan Antonio? O le tocó profundo la situación de Vicki, que sepultó su libertad quizá de por vida? Por mi parte me sentí profundamente identificado con Cristina: sé lo que no quiero, pero no lo que sí quiero, y así fue que, casi dispuesto a todo, durante unos veinte años las mujeres me llevaron a situaciones que perfectamente podrían quedar representadas por los cuadros de María Elena…(que fue el personaje que más me atrajo)
ResponderEliminarUn abrazo para vos!
P.D.: te tengo que mandar un mail…a dónde? Avisame en un comentario en esta misma entrada y luego borralo, para que no sea público.
Copiada la dirección. Podés borrar el comentario. Gracias Vicki Barcelona.
ResponderEliminarEl sábado te mando un mail…con algo de Osho por supuesto. Y algunas ideas mías.
Saludos. P.D.: “No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma” (Irene Orce) – No sentís que éste podría ser el común denominador de los tres personajes de la película comentada…? – Yo creo que si.
Me une al primer comentario de este post. Muy bien leído el trabajo de Woody Allen. En mi caso mi personaje favorito fue el de Vicky porque disfrutaba de cosas que ella pensaba que eran malas, un poco de desestructurar sus pensamientos. Yo tampoco soy fanática de Woody Allen, pero hay que destacar esta película y "Match Point". Saludos!
ResponderEliminarHola Vicky. Siempre dedicándole un ratito a vos y a tu blog, siempre cariñosamente... te mando otra versión para ver en qué nos sentimos identificados con los personajes...
ResponderEliminarUn abrazo. Frank-J.
http://www.youtube.com/watch?v=jO1oa7N3x_Y
Karlita, gracias por pasar por acá y dejar tu comentario. El personaje de Vicky es super complejo, me encantó igual que a tí eso del disfrute de lo prohibido. No he visto Match Point pero lo haré, gracias por la recomendación.
ResponderEliminarCariños,
Vicky