Mayo comenzó bajo la noche estrellada de esta ciudad, sentados en una terraza desde donde veo la vida pasar, las luces, la gente y sus historias. Detrás de cada luz nocturna hay una historia, a veces las imagino, otras solo me percato que están ahí. Esta noche, mirando por vez primera a quienes comparten conmigo sus micro historias tengo esa sensación extraña de estar brindando con amigos de siempre, pero que hoy recien conozco. Pasan los martini, las risas, las conversaciones con voz que habían quedado pendientes entre letras, vienen los abrazos, las despedidas. Ya nada será igual después de esta noche, volvimos a las letras; sí, es cierto, pero ahora escucho sus voces cuando los leo. No sé si volveremos a vernos, pero siempre tendré noches de martini.
No hay comentarios:
Publicar un comentario