lunes, 19 de julio de 2010

Frozen Letters

Un día tus letras se congelaron, detenidas en el tiempo por días, semanas, meses. Revisé tus viejas cartas, tu revista, y esos mensajes que lanzabas al mar escondidos en una botella. Sin indicios que indicaran el por qué de tu desaparición. Intenté buscarte de otras maneras, escribirte, hacer señales de humo, enviar palomas mensajeras... pero el miedo me detuvo. Si te encontraba ¿Qué diría? Tampoco sabía explicarle bien a mí misma el por qué de tanto extrañarte. Así que me dediqué a leerte, y entre tus letras encontré a otro tú, a alguien que desconocía. No el de la sonrisa y los abrazos, no el del cine y las palomitas de maíz, eras otro tú, más profundo. Eras tu mismo, vuelto escritor.



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