Sobrevive mi cama a la ausencia, al insomnio inmisericorde. Vivirá un día más, seguro. Revuelta y desnuda, como yo. Subsiste callada, guarda el secreto de mis sueños. Cobija de suspiros, nido de anhelos.
Mañana saldrá el sol, tras la lluvia. Se hará lo cotidiano, el café, los saludos. Las noticias de este día contarán la economía, los crímenes; callarán lo que no te digo. Esta cama ya no es mía, este cuerpo es de nadie. Lo envían de regreso envuelto en el papel de los amores gastados y las promesas rotas. A pleno sol. Nadie lo mira.
Sobrevive mi cama, yo...
ya veremos.
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